Y la nave va

Entre sorprendidos e incrédulos, arribamos ya a nuestra edición número 23, con una ascendente cantidad de lectores (34.000), entre ellos muchos que ya se consideran confabuladores y han comulgado con nuestro ideario, nunca completamente definido, siempre en el continente de la imaginación, y acechado por la duda, la intuición y , por supuesto, la detonante risa.

Para los que iniciamos este periplo ha sido grato saber que el lector de prensa no es el imbécil que suponen los editores, ni el muerto que suponen los dueños de una realidad agónica y estéril, ni el abyecto timador que tiene como modelo la envilecida vida pragmática, sino que, por el contrario, es un animal lúcido, erótico, inventivo, sediento, perseguidor de las fuentes donde mana el agua más cristalina, la de la verdadera vida, la única agua a la que se puede tildar de milagrosa.

Nuestro deber cotidiano es reinventar el mundo, aprender a usar la camisa y las cosas al revés, mirar los entretelones de la mansas nociones impuestas y escribir con nueva y hermosa caligrafía el soñado ideario que nos hará mejores y que nos abrirá las puertas condenadas. Por eso junto a nosotros han estado algunos de los más finos y precisos espíritus universales, todos con un aporte generoso y desinteresado que ensancha nuestro horizonte.

A partir de este momento Con-fabulación inicia, además de su puntual salida semanal, una serie de eventos que fortalecerán nuestro pensamiento a partir de una vigilante imaginación crítica. Por eso convocamos también al primer DIPLOMADO DE PERIODISMO cuyas zonas temáticas se publicarán en el próximo número y convocamos desde aquí a un concurso que nos parece del todo revolucionario, didáctico y, como no, un feroz alegato contra la distancia de muerte que divide a los poderosos de los desposeídos: EL PRIMER CONCURSO NACIONAL DE PROYECTOS DE LEY, cuya razón de ser y bases, aparecerán próximamente.

Seguiremos desde este frente, en el empeño de impulsar las urgentes modificaciones de la realidad, capaces de moldear un nuevo rostro para esta agobiada Colombia, tales como: la legalización de la droga, la aproximación de las facciones en pugna, la denuncia de nuestra soledad cotidiana y de nuestra incomunicación, así como las formas inéditas de la sumisión, la esclavitud y cada una de las vilezas del poder.

Esperamos el apoyo decidido de todos los Con-fabuladores