Números Anteriores Con-Fabulación
Archivo del No. 21 al 40

100.000 lectores semanales
Ilustraciones Blog: Fernando Maldonado

Una Con-Fabulación Perseguida

Desde hace unas semanas, de manera intermitente, Con-Fabulación ha sido receptáculo de oscuras estratagemas, proyectos de estirpe funesta y tentativas encaminadas a desacreditar su nombre e impedir que continúe un camino vital cuyo signo ha sido hasta la fecha positivo.

Nosotros representamos un proyecto liberador e incluyente, donde el dogma está proscrito y el único decálogo acogido con firmeza es la imaginación crítica, pero esto, según parece, ha desvelado a los emisarios de la devastación; ignoramos, como le ocurría a Joseph K, cuando estaba inmerso en el ovillo absurdo de su expiación sin nombre y sin coherencia, quiénes son los agentes de la sombra, y sabemos que la lista de candidatos es vasta y policroma, pero el asunto trasciende los límites de lo permisible y empieza a convertirse en una sutil jauría que no estamos dispuestos a padecer mansamente.

Las entradas a comentar los trabajos que hacen parte de nuestro Blog debieron ser clausuradas pues las infestaron de mensajes furibundos, demenciales y amenazantes; nuestra buena fe editorial y los deseos de publicar el pensamiento y las mordicaciones de figuras intelectuales han sido asaltados con artimaña sicarial, hasta el punto de que a nombre de personajes connotados fuimos víctimas de estafas y, cotidianamente, encontramos el rictus pavoroso de la trampa, la impostura y la vileza.

Increíblemente, el mundo de la cultura, o lo que pasivamente aceptamos como tal, está carcomido por los mismos vicios, las mismas falencias y las mismas ignominias que los otros círculos de nuestro infierno social. De modo que algunos de sus miembros no están exentos de sospechas, y la posición excluyente, temeraria y esclerótica que inunda a Colombia por estos días también los ha capturado. Sólo de esta manera puede entenderse que las investigaciones formales –adelantadas por los organismos pertinentes– nos vayan aproximando a una verdad impronunciable y amarga: que los orquestadores de estas canalladas puedan ser personas conocidas y hasta reputadas en el fiero y caníbal mundo intelectual.

Les ahorremos a nuestros lectores el inventario completo de los hostigamientos y las agresiones recibidas, entre otras cosas porque son materia de pesquisa judicial. Nada nos molesta tanto como tener que entrar en comunión con tácticas y metodologías lejanas al mecanismo de pensamiento y sensibilidad al que pertenecemos, pero es imperioso descubrir quién o quiénes, están empleando los idiomas de la muerte.

El equipo de Con-fabulación clama la solidaridad de sus 50.000 lectores, para que nuestra aventura crítica continúe irradiándose con el ímpetu que siempre nos ha habitado.

¡Con-fabuladores del mundo uníos!


Se fueron sin pagar las cuentas

Por Gustavo Tatis Guerra *

Los catorce paramilitares extraditados estarán presos en los Estados Unidos, pero ya no hablarán jamás de sus crímenes de lesa humanidad en Colombia, sino de sus vínculos con el narcotráfico y lavados de activos, es decir, serán juzgados por una sola razón. La intempestiva extradición del martes 13 de mayo, se produce un día antes de las audiencias programadas ante los Tribunales de Colombia. ¿Cómo puede entenderse eso ante la expresada voluntad de ambos gobiernos de seguir cooperando para obtener justicia? —eso se pregunta una cercana amiga abogada—. ¿Qué costaba esperar un día, dos o tres de esta misma semana para escuchar en indagatoria a algunos de los paramilitares en mención? Una decisión histórica como la extradición no necesariamente tenía que obstaculizar algunos procesos de la Justicia nacional. ¿No es acaso el gobierno colombiano el mejor informado de cada paso judicial que se adelanta en los procesos contra paramilitares?

Los únicos perdedores hasta ahora son las víctimas de más de 30 mil colombianos masacrados que hoy están bajo tierra. El único ganador desde ya es el más hábil de los presidentes de toda la historia colombiana, Álvaro Uribe Vélez, cuyo golpe de opinión le permitirá hacer invisible los propios escándalos y potenciar la plataforma de una nueva elección. Pero también es una ganancia para el presidente Bush. La extradición no significará el fin del paramilitarismo en Colombia y mucho menos la reparación de las víctimas.

Luego de escuchar al procurador colombiano, se percibe la fragilidad de la concepción de la justicia: si no somos capaces de juzgar en el país los crímenes de lesa humanidad y llamamos a nuestro vecino más poderoso para que nos juzgue a medias los delitos cometidos en casa, ¿esa no es acaso una prueba de nuestra incompetencia? Nos acostumbramos sin vergüenza a la inconsistencia e ineficacia de la justicia colombiana como lo más natural. ¿Quién puede confiar en nosotros si persistimos en la impunidad? ¿Quién puede creer en un barco a la deriva que busca un buque que lo ayude a navegar y zarpar? Nos ufanamos de los logros de nuestro vecino como si fueran nuestros y nos seduce el canto de las sirenas, porque hemos modelado nuestro espíritu con el estigma de lo efímero. Somos como ese vecino que toca la puerta del otro vecino para que le arregle la cañería que se rompió y por donde fluye desde hace siglos la alcantarilla. El engañado se dice para consolarse: “Hay que perfumar la casa ante ese mal olor”, pero no cambia la cañería ni resuelve de raíz el problema. Así andamos.

Hace poco el embajador americano, William Brownfield, dijo a propósito de la extradición de Macaco que aquello le convenía a las dos sociedades: “A Colombia porque se libera de una persona dañina y a Estados Unidos porque obtiene justicia”. ¿Es que a Colombia no le interesa acaso aplicar y obtener justicia? ¿Qué hay detrás de esta táctica presidencial? ¿Un apoyo a Bush para que el Congreso apruebe el tratado de libre comercio con Colombia y refuerce el Plan Colombia? Un sabor incierto y errático deja la posición de nuestro Comisionado de Paz al declarar que “Nosotros seguimos investigando desde acá”.


E-Mail: gtatis@eluniversal.com.co

* Poeta colombiano. Premio Simón Bolívar de Periodismo. Director de las páginas culturales del Universal de Cartagena

Para - Rocío



Eternidad visible: María Clara González

Por Jaime García Maffla

Más que anhelar, debo ceñirme en cuanto me sea posible, al significado exacto, tenso, y hondo de los versos de este libro Eternidad visible (Colección Los Conjurados, 2008). La palabra poética nació como canción y como letanía, cuando aún no se habían precisado las formas de las lenguas… Sí, pero se definió en el vuelo lírico hacia la imprecisión del sentimiento.

¿Y quién cantó en ese instante –antiguo– del nacer de la lengua poética? El alma –o, si se prefiere, el espíritu– de todos los seres y en una sola voz que, no por azar, fue la primera voz ritual del Canto. Pero dice la autora:

Tras el manto del aire

–alto en el cielo–

Se escoden las palabras.

Lo anterior, porque acerca de una obra de poesía no debe hablarse poéticamente, sino y desde un giro semejante, acuñado por María Zambrano, «La Razón Poética», meditativamente. Vamos pues a las palabras y a sus ondas de significación. Así: ¿Qué dicen estos poemas? En lo que de ellos es una primera lectura, salta a la vista todo cuanto, letra tras letra o aleteo, hay de una última y casi agónica redacción, en busca del sentido más pleno y con él, algo de la justeza ante la verdad de la autora:

Al borde del abismo

Hay un deseo anterior al olvido.

Ella elige recordar

También el lenguaje entra en función poética por la evocación. En este libro, la tendencia es hacia el verso ceñido y de arte menor, en una actitud clásica que lleva al poema estrófico. Y la voz es lacónica, baja como el canto de las garzas que llaman y se llaman. Y algo esencial: la afirmación deviene en secreta pregunta, la que inevitablemente se hace por el sentido, en un «llamado místico» en un peculiar tono nostálgico propio de la nobleza de alma y no de alguna anécdota de la persona. Que un poema no dice sino es, lo aproxima a todas las desapariciones (¿qué desapareció al venir el alba y qué al fugaz atardecer?:

Madura el alma

Y traspone dinteles

Indica la autora. Pero, ¿cómo no recordar aquí ese pasaje de María el idilio de Jorge Isaccs? Cuando dice: «Las garzas abandonaban sus adormideros, formando en su vuelo líneas ondulantes que plateaba el sol, como cintas abandonadas al capricho del viento». Aquí, en las sílabas de las palabras de estos versos litánicos hay, también parajes y presencias, sólo que son, en sí mismas dolor y gozo, y aparecen gracias al estremecimiento. No es que ser sea estar, sino que estar es al fin, haber podido ser… Es la vacilación de un vuelo cuyo aire pleno no puede ser otro que el de su propio canto. Y éste en ciertos parajes de elección que también hablan a las palabras o, al mirar de la garza.

Es el vacío, pero si lo pensamos, el aire, el espacio, el cielo están vacíos hasta que son atravesados por un vuelo, lo mismo que esa Nube del no saber, en el Siglo XVII, atravesada sólo por el amor… Dios, recordémoslo, (antes de hacerse humano, como la poesía y nacer en una hendidura de las rocas) se presentó en forma de una leve brisa. Y como ella también se definió. El Amor como amigo –un poema lo dice de tan excepcional forma–, fue ya feliz cincel para las liras del Cántico espiritual:

En un amoroso lance

Y no de esperanza falto.

Volé tan alto, tan alto,

Que le di a la caza alcance.

Y San Juan de la Cruz tuvo junto a sí a la autora de aquella estrofa que en su inicio reza:

Nada te turbe

Nada te espante.

Y en su final.

Quien a Dios tiene

Nada le falta.

Teresa de Ávila ¿Qué es la poesía? «Algo de lo que hacen los poetas…», definió Antonio Machado, pero Danilo Cruz Vélez alguna vez apuntó que los poetas deberían dar, como los hombres de Fe, constancia de la iluminación o del instante en el cual se dio su conversión a la Poesía. Ese es el vuelo de esta garza, desde cuya altura es posible ver los colores de la naturaleza transmutados en los del sentimiento, porque a donde va es hacia el Ser: «Solo espacio interior ilimitado».

Y con la garza, la emblemática escogencia suya para lograr esa «tercera voz del poeta»: la primera cuando habla desde sí mismo; la segunda cuando se habla a sí mismo (es el «tú»), y la tercera cuando el poeta toma una presencia de la vida. Ello, para por esa voz ajena hacer posible el decir de su más íntimo ser. Por senderos matizados estilísti-camente aquí está Gaviota, de Cecilia Buhl de Faber, en la España del Siglo XIX. Pero de la poesía precolombina anónima:

¿Nada quedará de mi nombre?

Al menos flores, al menos cantos…

Flores y olas, arenas de las playa, la rama de algún árbol, hierbas y una voz frágil, aire o agua… Así fue como hacia el sigo IX, nació la lírica de lengua castellana, cuando unos poetas árabes y hebreos (estaban ya ensartadas las cuentas de El collar de la paloma), pusieron su sentir en labios de una joven, y en estrofas a las cuales se denominó Jarchas. Una de ellas dice:

¡Que me quita mi alma.

Que se me va mi alma!

«Volar es doloroso»: ir a un lugar es haber partido de otro, ser llevado es haber sido despojado. Como en las Jarchas, en las estrofas de los poemas de María Clara González De Urbina, y por el cifrado sistema de las analogías –urdimbre de Aire y canto, cielo y vuelo–, el motivo es uno y el mismo. La ausencia…

Los rostros del totalitarismo

Por Carlos Fajardo Fajardo

El 14 de diciembre de 1957, Albert Camus, en la conferencia “El artista y su tiempo”, pronunciaba estas palabras: “el artista, sancionado o elogiado como tal, lo quiera o no, se ha embarcado. ‘Embarcado’ me parece aquí un término más preciso que la palabra ‘comprometido’ (…). Todo artista está hoy embarcado en la galera de su tiempo”. A principios del siglo XXI estas sentenciosas palabras se nos presentan más actuales y robustas que nunca. Sin embargo, nuestra barca ha cambiado de tripulación, se han mutado los vientos y navega sobre océanos más problemáticos. Hoy las tormentas del tiempo arrasan con los pocos instrumentos de navegación y, aunque algunos todavía tratan de visionar algo desde los altos mástiles, sus catalejos son obsoletos frente a la realidad de las cartografías rápidamente cambiantes. Seguimos embarcados, es cierto, pero se nos hace más difícil el viaje, mayor la sensación de naufragio.

Sí, hoy vivimos en sociedades de contrastes, de paradojas y contingencias. Entre la unidad y lo disperso; entre lo unidimensional y lo múltiple se mueven los distintos discursos que levantan la Babel contemporánea. Estas son las sensaciones que tenemos en el estado actual de la cultura. La fragmentación y el resquebrajamiento de las descripciones últimas de la realidad; la fractura de los fundamentos y la pérdida de centros autoritarios discursivos, nos muestran una aparente gama de posibilidades epistemológicas, políticas y culturales como ganancia y apertura ante los totalitarismos conceptuales de exclusión. Entonces, multiplicidad, heterogeneidad, pluralidad, hacen parte de las sensibilidades y percepciones de un mundo centrífugo, abierto a una democracia posible. Pero, ¿Estamos realmente en la centrífuga de los discursos, sin centros ni poderes totalitarios y hegemónicos? ¿No existe autoridad que unifique esta multiplicidad de sensibilidades y saberes?

El no concederle más crédito a las ideologías no significa que hayan desaparecido. Por el contrario, su manifestación es contundente, si bien no de la misma forma con la cual ejercieron tanta influencia en los últimos siglos. Cierto, la desconfianza y la puesta en duda de las utopías modernas es patética. Esas maneras de centrar la realidad en busca de un historicismo trascendental se han debilitado. Sin embargo, otros relatos han surgido con mayor fuerza de unificación universalista, con pretensiones de hegemonía global en todos los órdenes. Hijos de la racionalidad instrumental modernizadora; herederos de la visión expansionista e imperial, ellos proceden a enriquecer el simulacro de la heterodoxia, instaurando un totalitarismo plural y un pluralismo totalitario, con un pensamiento único, fiscalizador de las diferencias. Los nuevos macro proyectos del capital global (mercado y medios) impulsan la idea de libertad de gustos y de escogencias; registran en su agenda la ilusión de una democracia real; edifican la mentira del aquí todo vale y es posible. Pero mayor es nuestra sorpresa y más grande nuestro asombro al comprobar el verdadero rostro de sus propietarios. En este pluralismo autoritario- paradoja actual- ¿en qué quedan convertidas las divergencias ideológicas contestatarias, las protestas/propuestas a la mundialización cultural y económica? ¿En simples simulacros democráticos? Democracia ilusoria, autoritarismo real.


Sensibilidades masivas conciliadoras

Ese mismo 14 de diciembre del 57, Camus también lanzaba esta premonitoria afirmación: “Lo que caracteriza a nuestro tiempo, es la irrupción de las masas y de su condición de pobreza ante la sensibilidad contemporánea”. En efecto, Camus fue testigo de la irrupción de un capitalismo que, a medida que globalizaba el mercado y los oligopolios mediáticos, facilitaba la irrupción de la pobreza no sólo material sino espiritual en grandes proporciones, creando la sensación de fracaso de toda actitud crítica valerosa. En la actualidad la balanza está en definitiva desequilibrada. Mientras se legitiman y se les da voz a inmensas simbologías ideológicas de las instituciones, se excluyen a las minorías que marcan diferencias, distanciamientos, contradicciones. La intemperie es entonces el espacio del sujeto creador crítico. Por ello, recordando de nuevo a Camus, crear hoy es crear peligrosamente; sobre todo, en una sociedad que exige del artista un arte de pasatiempo refrescante. Las instituciones normativas del arte aplauden la des-responsabilidad del artista respecto a su entorno y llenan de premios al arte que satisface las preferencias del cliente y de los propietarios del gusto.

A la sociedad actual, al mundo cotidiano, azotado por visiones ecónomas y mediáticas empiro-pragmatistas, poco le interesa un pensamiento de sabotaje, un arte de renovación. El desgarramiento lúcido, la pérdida de gratas cadenas, el sentir las fuertes borrascas de una historia sombría, la duda ante entronizados ídolos, el abordar nuevas orillas, quizá no esté en los propósitos de algunas de las actuales sensibilidades. Éstas se han vuelto, por el contrario, inquisidoras y ultraconservadoras. Señalan y juzgan a la alteridad alterada; apoyan redes de informantes, son cómplices de las nuevas hogueras. Los versos del poeta Odiseas Elitis no pueden ser más actuales: “Llegaron vestidos de ´amigos´ /incontables veces mis enemigos,/ pisando el antiquísimo suelo,/ ofreciendo los antiquísimos dones./ Y sus dones no eran/ sino sólo hierro y fuego./ A las manos que abiertas esperaban/ sólo armas humo y fuego”. Proceden, pues, estas sensibilidades, seducidas hasta el límite por una paranoia extremista, a institucionalizar la homogeneidad sin peligro. Sufren, en fin, de ingenuidad aterradora; aplauden la hiper-vigilancia total.


Hacia una escritura de ideas

Este es nuestro tiempo; época de interesantes y aterradores cambios. Época para estar “embarcados” con una actitud valiente y abierta al calidoscopio que nos signa. Tiempo donde la vida es considerada, por los más recientes mercaderes, algo usable y desechable. En las redes de este sistema-mundo, que nos estrangula con un dolor muy dulce, son permanentes las actitudes de miedo o de silencio. Las palabras críticas entonces caen en desuso, se archivan, son actitudes de algunos “locos del pasado” ahora museificados. La espectacularización de lo trivial y de los asesinatos, las ideologías de la eficacia y del utilitarismo, los lenguajes administrativos y ecónomos que están invadiendo todos los campos de la educación y la cultura, son hoy más escuchados que el diálogo reflexivo y que la inteligencia analítica. Ante ello, no podemos cantar al unísono con estas atrocidades. De allí la urgencia de una escritura de Ideas que supere la actitud conformista de aquella escritura asumida como promesa de éxito y prestigio rápido. Un no rotundo al deseo de instaurar de nuevo la monstruosa frase del nazi Goerin: “cuando me hablan de inteligencia, saco mi pistola”; un no a la tendencia de legitimar la idea del fracaso del arte; un no contundente a instaurar entre los ciudadanos la horrenda concepción que insinúa que aquel que ha puesto a funcionar su crítica reflexiva en contra de los lineamientos de autoridades impositivas es “contra-reformista”, “antipatriota”, “antiprogresista” y “ultraconservador”. Se cambian así las perspectivas. Ahora resulta que los rebeldes son los verdugos y los victimarios las víctimas. Ambigüedades del Totalitarismo plural contemporáneo.

* Ensayista y poeta colombiano
E-mail: carfajardo@hotmail.com


Rojas Herazo Póstumo

Por Alonso Aristizábal *

Candiles en la niebla (2006) es una obra póstuma de Rojas Herazo (1921-2002), bello homenaje al autor para mostrar también otra de sus importantes facetas, al dibujante y al pintor. Este autor, el artífice que desarrolla varias formas de expresión que van desde la poesía, hasta la crónica y la novela. Es una literatura que arde y le arde al lector, sin dudas una manifestación de la estética sartreana. Esta ratifica al poeta que se halla en toda su literatura, y muestra su mundo con páginas de confesiones o parte de un diario. Por lo mismo, más de una vez habló del reto de escribir sobre sí mismo. Allí caben el sufrimiento, la rabia, la nostalgia y la decepción del alma humana que confronta a Dios, y eso hace parte del riesgo de esta literatura que se propone hablar de lo indecible. Así llega a la esencia misma de nuestra vida mirándola en primer plano con toda su verdad. De ello se deriva el dramatismo que es su marca del ser visto en sus instancias más íntimas. Precisamente, En noviembre llega el arzobispo se inicia con un epígrafe de Federico Fellini que dice: Sufrimos las consecuencias y ni siquiera podemos trazar su origen; así que el error continúa en la oscuridad.

Estos poemas nos muestran al escritor que ha asumido plenamente la vivencia de las palabras, con la intensidad del lenguaje literario tan suyo. Crea una estética con su literatura sobre los lugares de su infancia y su pasado. Hace parte de una generación marcada por Marcel Proust. Por ello, en Candiles de niebla, habla, por ejemplo, en “Antigua inocencia” del ritual del regreso. Dice: He llegado/ al fin/ he regresado a mí mismo/ a mi antigua inocencia/ al polvo de mis días/ a la voz en que ardieron/ mis sentidos primeros/ o quizás donde ardieron/ mis súplicas mayores. Otro autor que lo determina es César Vallejo, con el sentido lírico de su poesía, por medio del cual se expresa el dolor como parte de la esencia de la vida. Es una obra definida por las imágenes que le dan al poema su propia forma. En sus poemarios anteriores, existe un personaje llamado Nausícrates que constituye el origen de su creación poética, y que volvemos a encontrar en este último libro. Soy el único ser a quien desasosiegan los insectos. El que conoce, individualmente, todas las rendijas de un cuarto. Me tiemblan de placer los muslos cuando un cuchicheo enciende lamparitas de anhelo detrás de mi puerta. Su literatura constituye un universo y un estilo con identidad propia en las letras colombianas del siglo XX. Aun en sus novelas, predomina el poeta, y por tanto el conjunto de sus obras corresponde a la creación de un solo libro que es el resumen de su mundo.

*Narrador y periodista colombiano, uno de los comentaristas de libros más significativos de nuestra literatura.

Entrevista a Fernando Maldonado

Buscando la ventana mítica

Se inagura La Ventana Mítica, exposición individual de Fernando Maldonado, uno de los artistas más vigorosos del momento y el creador de un universo donde pactan el sueño y la ironía. En esta serie de trabajos Maldonado afronta el misterio de la Ventana desde tres perspectivas: lo que vemos cuando miramos hacia una de ellas, lo que observamos de una ventana hacia otra y lo que descubrimos cuando oteamos desde ellas hacia el paisaje interior invadido de brumas oníricas. La exposición se inaugura el próximo 15 de mayo a las 7 p.m. en Galería Casa Cuadrada, Bogotá.

En el arte abstracto y conceptual se esconde una especulación que pareciera no tener fundamento…

En efecto, no hay término más adecuado que usar la palabra “especulación” para referirse al arte actual. La connotación es completa. Especulación en el sentido de construcción mental, intangible y en el vacío. Y la otra especulación, la de los que encarecen algo para venderlo más alto. La cultura occidental ha sido timada con buena parte de lo que crearon las rebeliones estéticas del siglo XX. Sólo quienes las fundaron merecen el crédito. La mayoría de sus seguidores constituyen una horda amorfa que se auto justifica y premia en un pequeño club privado de cada país. Para completar, tienen el mismo mecanismo de seguridad conceptual de las religiones y es que cuando son atacados recurren al argumento de que la sociedad es obtusa y estúpida por que no los comprende. Si todo lo anterior falla, recurren al argumento de la fe. Es como cuando un fanático cristiano habla de Cristo. Sólo que ellos hablan de Duchamp, Beuys o de la cumbre inalcanzable e incomprensible del pensamiento estético formada por Foucault, Derrida, o Danto. Si alguien se niega a “creer” lo condenan al ostracismo, porque para completar controlan todos los espacios oficiales. Es el sueño anhelado por los sistemas políticos de extrema derecha e izquierda: Los nazis deseaban un arte oficial no degenerado que evocara a la “raza”; los comunistas un arte oficial que reflejara el triunfo de las clase obrera sobre la burguesía.

¿El arte contemporáneo, en su cruzada por abolir el cuerpo, ha proscrito el erotismo?

El arte contemporáneo ha dejado de “representar” el cuerpo, para usarlo directamente en la obra, para hacerlo instrumento de la obra. En esa medida quizá nunca ha estado más presente que ahora cuando la mayoría de los artistas opta por la performancia, el happening o la instalación. El problema de lo erótico es que desaparece en la medida en que se hace más evidente. Es como el porno, tan obvio que ya no es erótico. Para mí el erotismo es ocultamiento, no desnudez. Debido a eso la tentación permanente por mostrar cuerpos desnudos con el más mínimo pretexto resulta tediosa y sin significado. Todo viene conectado con el manido discurso de que buscamos la afinidad con la naturaleza y el inevitable cuento bíblico de la desnudez de Adán y Eva y el pecado original que buscamos deshacer. Lo que noto es el terrible efecto de la religión sobre el hombre y su consecuencia directa: la culpa. Culpa de sí mismo, culpa de tener un cuerpo que siente o desea.

¿Cuáles nombres relevantes han sido excluidos por las imposiciones de la cultura oficial colombiana y por las reglas rapaces del comercio imperante en nuestro medio?

En Colombia, podríamos mencionar a los artistas plásticos de la pretérita generación Bachué y algunas figuras individuales que realizan lo que muchos llaman pintura figurativa. Pero es más interesante poner en evidencia cómo esa cultura oficial creó una escala en la que se considera más importante el trabajo pictórico de Beatriz González o Maripaz Jaramillo que el de Luís Caballero, Juan Antonio Roda o Ángel Loochkartt. Para un observador medianamente culto las diferencias son muy grandes. A nivel formal la fealdad total de la obra de las dos primeras no es, como lo argumentan, “intencional” sino un ejemplo de la buena suerte obtenida por quienes están en el lugar adecuado a la hora adecuada. “paparruchas” como decía Picasso al referirse a su éxito como hombre de mundo y artista moderno. Es el circo del arte. En nuestro medio corrió por cuenta de Marta Traba. De allí en adelante todo quedó establecido. Dos facciones claramente separadas: quienes recibían su bendición y quienes eran arrojados al purgatorio.

Así como existe intertextualidad, cuando se contempla su obra podría hablarse de interpictoridad, por el juego especular que realiza con los grandes maestros. ¿Los tapetes y cortinas con referencias a hitos pictóricos del siglo XX, obedecen a una acción de gracias a las tradiciones o a una burla del arte contemporáneo?

La interpictoridad es un juego mordaz. Es también una forma de pagar la deuda que tengo con los que me situaron -por haber nacido en la segunda mitad del siglo XX-, en un limbo histórico sin conexión con nada de lo que se hacía en la facultad de artes. Nací y crecí en pleno auge del arte conceptual y para mí fue la misma experiencia del traje del emperador, el famoso cuento de Andersen cuyos sastres lo engañaron, se lo bebieron y comieron y lo convencieron de que llevaba un hermoso traje, aunque en realidad estaba desnudo.

Usted es un pintor con gravedad literaria. Puede nombrarnos sus deidades poéticas y cinematográficas…

Borges es uno de los más recurrentes, con todo lo que tiene de monstruoso y maravilloso. También están personajes como Porfirio Barba Jacob, Isidoro Ducase con sus Cantos de Maldoror, Cortázar en sus cuentos, Melville, London, Henry Miller, Heráclito, y muchos investigadores de la historia. En el cine estoy interesado de nuevo en Buñuel. A otros los he retomado y ya no me impactan como Antonioni. Bergman y Kurosawa siguen incólumes.

¿Cree que existe un arte colaboracionista, que satisface las abyectas imposiciones del poder?

Existe un arte colaboracionista, pero no es el que se suele pensar: La famosa grieta de la galería Tate de Londres, obra de Doris Salcedo, es arte oficial puro, completamente colaboracionista. La obra fue patrocinada por la multinacional Unilever, ampliamente conocida en el mundo entero por sus diversos productos y no tan conocida por sus abusos con el medio ambiente o la explotación infantil ¿Qué puede ser más colaboracionista que esto? Un artista es honrado con uno de los espacios de mayor reputación en el mundo, un salón de la TATE de Londres. ¿La obra? Una grieta profunda que atraviesa la sala de un extremo a otro. ¿El mensaje? Hacer reflexionar al público sobre la discriminación racial, la división del mundo en primer y tercer mundo, etc. En suma, una obra de alto contenido de crítica a la injusticia del mundo pero quién patrocina el evento?

Unilever apoya el arte contemporáneo de crítica social. No puede haber algo más obvio con respecto a las verdaderas intenciones de muchos artistas contemporáneos: Aparentar que critican al sistema mientras este los patrocina. El sistema gana más credibilidad si la obra es de crítica política o social porque lava sus culpas en el manantial del arte moderno. Lo que ayer fue vanguardia hoy es ortodoxia. En realidad si se quiere hablar de artistas comprometidos con causas sociales habría que citar a los que aparentan en el inconsciente culto de la intelectualidad, una mayor lejanía. Por ejemplo Fernando Botero, Shakira o Juanes. Independientemente de sus logros o calidades estéticas inciden en lo social de muchas formas. Dudo que la instalación de Doris Salcedo haya cambiado algo concreto en la dura realidad de los niños explotados en el “Tercer Mundo”.

Para matemática

¿Qué premian los Premios Literarios?

Por Mauricio Contreras Hernández

Quiero destacar dos aristas de las muchas que comportan los premios y concursos literarios, particularmente en nuestro país, aún a riego de insistir en un tema que puede parecer baladí y más propicio para revistas de farándula poética.

Uno de esas aristas tiene que ver con la premisa de que se galardona lo inútil, lo que no encuentra sitio en un mundo donde priman las relaciones comerciales, el usufructo y la usura. En el que se comercia hasta lo más íntimo, lo más inaprensible y se codifica en el repertorio de actividades incómodas para el recaudador de impuestos, el cual nos recrimina con su enfado porque no sabe a ciencia cierta qué es en realidad lo que hacemos para merecer una exigua paga en la que no aplica la exención de impuestos.

Esta condición de “inutilidad” es, sin embargo, resignificada recientemente por el capitalismo al descubrir en la cultura una nueva fuente de su eterna juventud, la plusvalía. Entonces, diseña lo que ha dado en llamar la “nueva industria cultural”, modelo que aplica exitosamente para recoger aquellos recursos que se habían escapado, hasta ahora, de su ejercicio de explotación.

Desde las instituciones estatales (ministerios, secretarías de cultura), se pregonan y aplican programas culturales que, bajo el mote de incluyentes, comunitarios, democráticos, buscan enmarcar el trabajo cultural en el nuevo escenario de la globalización y dominio del mercado. Así, se establecen “incentivos” y premios de distinta denominación, desde locales hasta internacionales; que además de las enrevesadas bases para participar, entregan dádivas en metálico, cuidándose de aclarar que son “susceptibles de impuestos y anticipos de derechos de autor”, con lo cual justifican esta nueva forma de sub-empleo en sus balances y hacen de la actividad literaria un ejercicio publicitario que más contribuye a homogenizar el gusto de un público que ya casi no lee pero al cual hay que venderle a toda costa para mejorar los índices de lectura de libros per cápita. También se invoca la “promoción de nuevos talentos” que no consiste en otra cosa que editar aquellas obras que cumplen con los ingredientes al uso y que se acogen a su recetario para aumentar las ventas. Sin hablar de los muchos escritores que, luego de engrosar el grupo de anónimos perdedores, ascienden al cielo de la fama con las charreteras del premio y sienten que ahora sí son “ganadores”, tragándose el cuento de que es su obra la que ha merecido el premio y aspirando a ser los merecedores de la siguiente presea, más significativa en jerarquía y botín. Pobre Baudelaire, enviándole panes de especias y cartas suplicantes a Saint-Beuve y a Víctor Hugo para obtener un sillón en la Academia y algunas monedas por venderle su alma al diablo de la usura. “Necesito de su voz dictatorial. Quiero ser protegido”, le dice a Víctor Hugo, a quien unas líneas más arriba le ha recordado “esa maravillosa época literaria en que usted fue el verdadero rey, tiempo que vive en mi espíritu como un delicioso recuerdo de infancia”.

Otra arista es la de la literatura y el poeta, asumidos como espectáculo. Vieja tradición de las cortes y de los súbditos la de celebrar los nacimientos, caprichos, cambio de calcetines del nuevo tirano con fiestas, corridas de toros y certámenes poéticos. Vinculado a esta concepción de la poesía, el poeta se transforma en florero del salón burgués, portavoz de las más nefastas ideologías, de las encuestas del marketing editorial, turiferario del gobernante de turno, pelagato que es invitado al coctel para mirarlo con desdén y recordarle, como al cantante pobre en una fiesta de opulencias, que “usted a lo que vino fue a cantar”.

De esta manera se escamotea el derecho que tiene el escritor y su trabajo a condiciones dignas para su ejercicio. O si no, ¿cómo explicar que en Colombia se haya creado un flamante Ministerio de Cultura dedicado a repartir un irrisorio presupuesto en forma de dádivas y no se haya logrado crear un Sistema de Seguridad Social para los artistas? ¿Cómo establecer redes de promoción social para los artistas en vez de estimular la insana costumbre de la competencia que privilegia el afán individualista por ser el mejor, y que da lugar a todo tipo de componendas y costumbres a la hora de premios y concursos? Claro que también cuestiono a aquellos, incluido yo, que se creen este sistema de privilegios y participan en ellos, ora como jurados luego como premiados, sin menoscabo de sus ambiciones burocráticas, en una rueda sin fin de viajes festivales, prebendas, abluciones y palmaditas en la espalda por parte de funcionarios que aún no entienden por qué un personaje “inútil” es digno de tales merecimientos y mucho menos por qué es tan díscolo a sus requerimientos protocolarios.

Quiero dejar abierta la discusión al respecto, con la certeza de que el artista debe mantener, una independencia y, ante todo, una dignidad sobre la tierra, su actitud en la circunstancia histórica que le corresponda y la indeclinable libertad de su pensamiento más allá de caer en la tentación de la gloria y el éxito que, para el caso de nuestro país, ya sabemos muy bien lo que exigen y representan.

Así y no de otra forma ejerzo la poesía: posibilidad de rebeldía frente a la indignidad del mercado que todo lo compra y lo vende.

Morvoz - Premio Cervantes

A un amigo no se le mata por la espalda

Por Alejandro Sánchez Martínez *

Juan Alberto Rodríguez dejó la guerra pero no las armas, guarda una ocho milímetros cerca de la ingle, es un reinsertado que llegó a Bogotá a firmar su desmovilización de las autodefensas y terminó operando como un matón en distintos puntos de la ciudad. Crónica de un pequeño asesino

Juan es un hombre espigado, de tez morena, con un corte militar que le confiere un aspecto cinematográfico; detesta afeitarse, exhibe un bigote fino, tiene el rostro demacrado como el de un penitente, saluda duro, no le gustan las grabadoras ni las cámaras y pocas veces habla de su vida. Prendió un enorme bareto en ese parque desolado al nor-occidente de Bogotá y empezó a referirme sus peripecias.

–¿Desde qué edad fuma?

–Desde los seis… claro que al principio no le jalaba al Pielroja.

Sacó un arma de entre sus pantalones, me la mostró y al notar mi tensión me dijo: Relájese viejo, deje el visaje, que esta es sólo para defenderme.

Hablaba de forma escueta , sin prejuicios, sin vergüenza, sin complejos, bajo un árbol que cortaba la luz de un atardecer de sol flameante. Sus primeros amaneceres los vivió en Pueblo Bello, un municipio ubicado en el departamento del Cesar. Con los años su familia se traslado a Valledupar; donde a los trece años junto a su hermano Gerardo, ya chalequeaba en los buses, las filas y donde hubiera aglomeración. .

En ese enmarañado mundo de las calles pobres y peligrosas que Juan recorría junto a su hermano pronto tuvo que protegerse y consiguió un arma. Debía preservar su posición de malandrín, de personaje terrible y de cuidado, en medio de personas aún más terribles y que no cuidan a nadie si no es por plata o por miedo. “Mas me demore en comprar el arma que en estrenarla”. La suma de sus homicidios empezó a los catorce, cuando finiquitó una camorra protagonizada por su hermano. Recuerda que los brazos le temblaban, fijó el arma con las dos manos, miró a los ojos a su víctima y jalo el gatillo con precisión. Se escucho el estruendo y el peleador enemigo cayó al suelo, desangrándose.

Después de perpetuado el homicidio vinieron noches de oscuras pesadillas: La visita del muerto en esas visiones, le hacia empapar de lágrimas la almohada. Era apenas normal para un niño, un pequeño asesino que en el fondo sentía miedo pero no remordimiento. Para él, aquel acto estaba justificado. “Lo mate para salvar la vida de Gerardo, el mansito estaba de pelea con mi hermano y se lo iba llevando, le había apuñaleado una pierna, de seguir dándole lo hubiera acabado. Cuando se meten con la familia, no hay santo que valga”.

Gerardo, por susto a las represarías de los amigos y familiares del muerto, y aconsejado por un tío que formaba parte de los grupos paramilitares entró a los combates armados que se escenificaban cotidianamente en el César y en todo el país. Dejó de ser un delincuente cualquiera, un pequeño atracador de barrio: “de la noche a la mañana nadie se metía con mi hermano, estaba respaldado por un grupo grande, en el que había mucha gente igual de jodida a él y a mi, con ganas de joder, de saldar cuentas”.

Gerardo fue dado de baja en un combate entre un grupo paramilitar y un frente guerrillero. Lo que motivo a Juan desde muy joven a seguir los pasos de su hermano, la vida tomo sentido para él en la venganza, no estudiaba, no trabajaba, y estaba tan llevado por el vicio que sus propósitos se limitaban a robar para conseguirlo: “Entré en el bloque Tayrona de Las autodefensas, allí con los combates la sangre se me fue calentando, la puntería mejoró y las benditas pesadillas con los muertos desaparecieron”. Luego se quedó pensativo y dijo “la primera persona que uno mata lo marca, pero después uno se va acostumbrando, he matado a muchas joyitas, malandros, guerrilleros, yo lo que estoy haciéndole es un servicio a la sociedad…”

Con los procesos de desmovilización paramilitar muchos combatientes dejaron las armas: si se entregaban y prometían no volver a delinquir, y ser uno los 42.723 excombatientes reinsertados que el Ministerio de Justicia tiene entre sus estadísticas, lograrían unas prebendas, recibirían capacitación y tendrían una oportunidad para volver a la vida civil . Era la oportunidad para Juan de lavar las manchas de sangre, olvidar los fusiles y empezar una nueva vida: el problema es que las promesas de Juan, fueron vanas y las del estado también. Frank Pearl González, Alto Consejero para la Reintegración Social y Económica de Personas y Grupos Alzados en Armas, dio cifras de 1.000 y 1.200 reinsertados detenidos. La Policía Nacional víncula a la mayoría con actividades ilícitas como el transporte de estupefacientes, conformación de organizaciones al margen de la ley, concierto para delinquir, porte ilegal de armas, extorsión, homicidio, lesiones personales, hurto y daño en bien ajeno.

Juan dejó la guerra pero no las armas. Ahora sus días en Bogotá transcurren entre el vicio, en el que mezcla cocaína, marihuana, pepas y otras sustancias. Luego de despachar una buena dosis se prepara para llegar al lugar acordado con sus “superiores”: “Me dan los datos del cliente: hecho a andar mi moto y, sin pensarlo mucho, con buena puntería, realizo la tarea que siempre termina en entierro. Por lo general me toca matar a un guerrillero de algún suburbio, evitar que se organicen”.

A Juan No le toca hacer sus trabajitos cerca de donde habita: “si uno vive en el sur le toca ir al norte y los que viven en el norte van al sur, no voy a hacer limpieza de guerrilleros en la zona donde vivo porque entonces me boletean y termino cinco metros bajo tierra.

Consternado por su actitud le preguntó: “¿Aparte de la primera alguna otra muerte le ha pesado?”:

“Sí, la de un amigo, el cabrón se metió con la mujer de un duro, si me entiende? El duro se entero y me encargo el trabajito. El complot estaba armado, teníamos que ir los dos a matar a alguien en un finca y allí en un potrero mi amigo iba adelante, yo saque el arma y le dije que se diera la vuelta porque a un amigo no se le mata por la espalda.”

El viento empezó acorrer con fuerza, el atardecer sucumbía dándole paso a la noche. Me despedí de mi entrevistado y le desee buena suerte: creo que la necesita.

Al darle la mano me preguntó: “¿No irá a publicar eso con mi nombre”

¿Sí es el suyo?

Claro que no… ni güevón que fuera, “nos podemos meter en problemas”

* Esta crónica del periodista Alejandro Sánchez hace parte de las piezas realizadas en el diplomado de Con-fabulación “Hacia un Periodismo de autor”.

XVI Festival Internacional de Poesía de Bogotá

El 21 de mayo regresa el gran encuentro poético de la capital, dirigido por Rafael del Castillo, con una verdadera descarga de palabras y visiones. Irá del 26 al 31 de mayo y en él participarán 12 países y 70 escritores. En esta ocasión será México el invitado de honor, por lo cual estarán con nosotros Eduardo Lizalde, Juan Bañuelos, Silvia Tomasa Rivera, Eduardo Langagne, Antonio Del Toro, Jorge Esquinca, Efraín Bartolomé, Fabio Morábito, Margarito Cuellar, José Ángel Leyva, José Antonio Alvarado, Rocío Cerón, Víctor Cabrera y Yohanna Jaramillo. También estarán con nosotros el argentino Marcos Silver, Floriano Martins del Brasil, Pablo Armando Fernández y Alberto Rodríguez Tosca por Cuba, Pablo Maira de Chile, Marcelo Báez y Javier Oquendo en nombre del Ecuador, José Daniel García y Antonio Agredo de España, Francisco Morales de Guatemala, los uruguayos Gerardo Ciancio, Roberto Genta y Enrique Bacchi, el canadiense Patrick Word y los venezolanos Ernesto Román y Gustavo Portella

El día 27 de mayo, en el gimnasio Moderno, a las siete de la noche, se rendirá homenaje al itinerario poético de José Luis Díaz Granados.

Otros eventos que tendrán lugar en el marco del Festival:

"Tren de la poesía y Catedral de Sal de Zipaquirá”

Durante el viaje desde Bogotá hasta Zipaquirá escucharemos las lecturas de reconocidos escritores internacionales y nacionales. Finalmente en la Catedral de Sal se realizará el acto inaugural.

Clausura: Rock y Poesía

Concierto 1280 almas y Poetas Jovenes colombianos

Gimnasio Moderno 31 de mayo 7pm.

Cien carátulas de Jazz

Si usted, amigo lector, es un amante del Jazz y desea ver las firmas de los grandes músicos de ese ritmo que cambió la sensibilidad artística de nuestros días, puede dirigirse a Trilce, librería de libros viejos que funciona en las horas de la tarde, en Chapinero, calle 65 No. 10 - 20, teléfono 2487175.

Allí, en medio de ediciones curiosas y ya difíciles de conseguir, encontrará las carátulas firmadas de los discos de acetato de músicos tan conocidos como Count Basie, Dizzie Gillespie, Stan Getz, Benny Godman, Ella Fitzgerald, Gene Krupa, Artie Shaw y muchos, muchos otros.

La exposición es apenas una muestra representativa de una colección de más de 500 carátulas firmadas que pertenecen a Hernán Cortés, obsesionado por el Jazz, que posee alrededor de 5.000 mil discos de larga duración y durante más de 17 años de desorbitado deambular en New York, se dedicó a recoger las firmas de estas figuras legendarias en los bares, clubes y centros nocturnos en donde ejecutaban sus conciertos.

Se trata de una instalación que por la importancia y la cantidad de las firmas reunidas es única y de alguna manera imposible de ver en Bogotá o en cualquier lugar del mundo. Y estará abierta hasta mediados de Junio, para beneplácito de los apasionados del Jazz.

Entrevista con Fernando Guinard

“Hacia una inocencia lasciva”

El sensualista Fernando Guinard, director del Museo Erótico Americano, y algo así como un Henry Miller del trópico, lanza sus conjuros a todos los confabuladores, para que asistan a su perturbador festival realizado en la capital colombiana, que llega esta semana a su octava versión.


¿Qué es ART & EROS FESTIVAL 2008?

Es un evento cultural, collage de expresiones, percepciones y sensaciones, creado y dirigido por el Museo Arte Erótico Americano MaReA. Cada quien aporta lo que puede en concordancia con su espíritu erótico y su alto voltaje.

¿Qué es el erotismo?

El erotismo es una mezcla explosiva de pasión y locura. Se inicia con una mirada cómplice con el objeto del deseo, se prolonga en la danza que excita los bajos instintos, se calienta con los besos que trasmiten las sensaciones de los cuerpos efervescentes de lujuria, y culmina en cabalgatas desbordadas de irracionalidades sexuales y risas placenteras que nos hacen olvidar los estertores de la malparidez de la realidad que nos agobia con su manto de falsedad, insensibilidad, llanto, tortura y muerte.

¿Qué es y cómo surgió el proyecto del Museo Arte Erótico Americano MaReA?

Es el primer Museo de Arte Erótico que se funda en América y no tiene ánimo de lucro. Su objetivo es proteger y estimular las expresiones del arte erótico. Su pragmática pedagógica, integradora y des-embrutecedora es un gesto que alcanza la categoría de provocación ante una sociedad dogmática y excluyente, caracterizada por la falta de afecto. Es una propuesta que muestra las prácticas culturales, estéticas y eróticas de los artistas que colaboran con el porvenir del cuerpo. La realidad es mi idea de realidad, decía Borges. Caigo en la idea como en un precipicio, decía E.M. Cioran.

El proyecto surgió después de una orgía onírica con Amparo Grisales y Margarita Rosa de Francisco. Cuando desperté exhausto, ellas aparecieron desnudas en el cielo y me ordenaron que, para contrarrestar el olor a cadaverina que se respira en la atmósfera, realizara dos obras que mostrarán el lado amable de la humanidad por intermedio de los amantes estéticos. La primera obra fue el libro EL Espíritu Erótico, exitosa publicación. En este proyecto participaron los más importantes artistas plásticos y poetas colombianos. Y la segunda fue la fundación del MaReA que celebra sus primeros ocho años con ART & EROS FESTIVAL 2008. Iniciamos con un happening en el Teatro Acto Latino el día viernes 9 de mayo a las 8 pm y continuaremos el sábado 10 de mayo, a las 11:00 a.m., con una exposición e intervención de artistas en el Museo de Arte Contemporáneo de Bogotá – MAC, del Minuto de Dios. No deja de ser una paradoja que Dios nos conceda un minuto.

¿Cómo es el happening del MaReA?

Todos los participantes en esta fiesta de inauguración deben asistir completamente vestidos a la recepción del teatro. Cuando ingresen a la sala se deben desnudar para expresar su espíritu erótico e intercambiar conceptos sobre el arte y la vida, para celebrar nuestro segundo de eternidad en el último segundo del calendario cósmico. Dicen los que asisten a estas fiestas que son inolvidables. A la gente hay que creerle.

¿En el museo de Arte Contemporáneo también hay que desvestirse para expresar el espíritu erótico?

No es necesario ni indispensable. Los voyeristas tendrán lo suyo.

¿Quiénes de los amantes estéticos estarán con su obra en rito?

El sábado 10 de mayo haremos un homenaje al maestro Gilberto Cerón. También se emplearán a fondo Orietta Lozano, Iván Beltrán, Amparo Osorio, Juliana González, Jotamario Arbeláez, Gonzalo Márquez Cristo, Mauricio Contreras, Aldemar González, Jairo López, Federico Díaz-Granados y el cotizado anarquista Rafael Ortega Lleras, leyendo sus versos más sensuales. Y concurrirán también reconocidos artistas como: Ángel Loochkartt, Jim Amaral, Giangrandi, Beccassino, Rendón, Fernando Maldonado, Rodrigo Fernández, Mario Andrés Bermeo, Fabiana Peña, Tatiana Martín, Nelly Otero Blum, Rosenell Baud, Cesáreo Young y muchos más. Virtualmente haremos un homenaje a la maestra catalana Cecilia Castañeda, la máxima exponente del erotismo pictórico europeo; y a la argentina Carla Peria, la erotómana más feroz de América. Habrá performancistas, instalacionistas, happeners, pintores, dibujantes, escultores, fotógrafos, video artistas, danzarines, y unas suculentas muchachas y muchachos que deslumbrarán con el movimiento de sus caderas insinuantes despertando la libido de aquellos que tiene la dicha de observar el esplendor de la inocencia lasciva.

¿Hay muchos coleccionistas de arte erótico?

Dicen que el Estado Vaticano tiene una magnífica colección de arte erótico para el disfrute de los elegidos. Ahora que murió el sectario cardenal Alfonso López Trujillo deberían mostrarla a ver si los cristianos dejan de matarse, pues está científicamente comprobado que el erotismo apacigua los espíritus violentos.

¿Cómo funciona el erotismo en la época virtual?

Hay más de 35 millones de sitios Web porno en Internet. El portal del Museo Arte Erótico Americano es el único que estimula el erotismo y el arte erótico, mientras el planeta colapsa.

¿Cómo es el sexo sin tacto?

Como el erotismo sin pasión.

¿Es usted onanista?

Me encanta la eroto-manía; puedes hacer el amor con las mujeres más bellas de la galaxia sin el riesgo de traer más vida a la muerte; y sin el temor de que compartan la crica con los amigos, como decía el poeta Raúl Gómez Jattin.


Confabulador invitado: Álvaro Montoya

Un periodista en el exilio

El pasado miércoles 30 de Abril, dentro del marco de la 21 Feria Internacional del Libro de Bogotá, y frente a 260 con-fabuladores, fue presentado este periódico en sociedad que hoy llega a los 50.000 lectores en todo el planeta. El encargado de desplegar las credenciales fue Iván Beltrán Castillo, su director, con un texto que marca el espíritu y derrotero esencial de nuestro proyecto alternativo.

Hay palabras que tienen una doble, o triple, o mejor una infinita lectura. Así, por ejemplo, la palabra amor, la palabra soledad, la palabra noche, la palabra justicia, la palabra pasión, la palabra dicha, la palabra distancia, la palabra plenitud… y así también la palabra exilio, tan populosa y temida.

En ella se acumulan los miedos ancestrales, las esperas innombradas, los desatinos y las crueldades de la historia, la carcajada de los herederos y la pena de los desheredados, la congoja de no encontrar el sitio propicio, el que era profundamente nuestro, y que nos correspondía para respirar sobre la Tierra.

Pero esta palabra puede tener un significado diferente, cuando la usamos como detonante de la realidad, como hondo matiz, herramienta crítica, respuesta de la imaginación necesaria ante el innecesario embate del poder reinante.

Esta noche está dedicada a la parte sublime de la palabra exilio, porque corona el esfuerzo –para muchos suicida- de unirnos voluntariamente al reino de la diáspora, territorio florido donde sufren y aman y se aguzan y se salvan los espíritus más refinados y sensibles.

Llegamos a esta primavera de la rebeldía después de una experiencia de años, de un lenta y programada degradación, de un paso por la garganta del lobo: nosotros fuimos los cachorros y la promesas de la prensa, esa mentira disfrazada, esa falacia oficial. Quisieron coronarnos en aquel palacio en ruinas pero nos exigieron, como contraprestación, que laváramos de inquietud y tensión nuestras palabras, convirtiéramos a la verdad en una invitada de palo y secáramos la fuente de la imaginación como si fuera un río de veneno y sangre.

Sin ninguna vergüenza hemos dedicado la vida al periodismo, sabedores de que es el espejo necesario de una realidad cambiante, a la que manipulan, como a un cadáver, los enfermeros más siniestros… Nos habrían coronado de no ser porque nos negamos al humillante reflejo de un cristal adquirido por los que han comprado todas las cosas y todos los valores del mundo.

Cansados de una espera que empezaba a parecerse demasiado a la tortura de los réprobos, al invierno sin nombre de los nómadas y a la estación salvaje de los que nunca pudieron olfatear la primavera, nos hemos dado a la tentativa de recuperar las palabras esenciales, reconquistar un idioma brutalmente mutilado y devolvernos, con la acción benévola y sustancial de nuestra propia mano, el arsenal de imágenes que nos revelan y relatan.

Ahora, sin temblor, rememoramos el origen de esta ruta equívoca donde constatamos diariamente -con asombro y dicha, con espanto y gloria-, los rastros que la realidad disemina a su paso por la tierra, y que de no ser contados a tiempo y con la transparencia del agua, se transforman en puñaditos de ceniza.

Así aparece Con-Fabulación, este periódico que hoy se presenta ante ustedes y que quiere ser su alternativa, su complicidad errante, su espejo insurrecto, su pase para entrar a la fiesta del mundo con todos los derechos, con todos los recuerdos, con todas las heridas y también con la gravedad que entraña decir que somos hombres.

Muchos nos dicen, en sordina, con preocupación y también con maledicencia, que al asumir este riesgo hemos pactado con la nada, con el fracaso y con los dientes del abismo. Insinúan a nuestro oído que -inmersos como estamos en una existencia dura donde las carencias tienen la forma del cadalso y la revancha-, aún podríamos arrepentirnos, poner marcha atrás, y así nos devolverían nuestro lugar en el palacio de papel de las brillantes mentiras. Y nos emplazan a renunciar a esta magnífica empresa.

Y nosotros les respondemos, como el personaje de alguna novela: “cabrones de mierda, les regalamos las cinco primicias que les quedan…”

Así pues, hoy celebramos y cantamos nuestro exilio, voluntario y feliz, impetuoso y alado… y lo celebramos con todos ustedes, exquisitos con-fabuladores. Nuestra ruta será ardua y puede durar seis décadas… pero que son dos seis décadas frente a la eternidad?

Soñamos con el día perfecto en que la realidad real no sea enemiga de la realidad escrita… y sabemos con el poeta árabe que “el camino más largo es el que pasa más cerca al corazón de Dios”.

Nezahualcóyotl: Coyote Hambriento

Poeta precolombino, rey de Texcoco (México, 1431-1472), hijo del VI señor de los chichimecas Ixtlixochitl o Flor de pita. Al nacer se le impuso el nombre de Acolmiztli o León fuerte, pero la desdicha que lo persiguió durante su vida hizo que se cambiara de nombre por Nezahualcóyotl, Coyote hambriento. El poder de sus imágenes y la contundencia de su temática asombran y ratifican que su universo creativo es perpetuamente contemporáneo.

YO LO PREGUNTO

Yo Nezahualcóyotl lo pregunto:
¿Acaso de veras se vive con raíz en la tierra?


Nada es para siempre en la tierra:
Sólo un poco aquí.
Aunque sea de jade se quiebra,
Aunque sea de oro se rompe,
Aunque sea plumaje de quetzal se desgarra.
No para siempre en la tierra:
Sólo un poco aquí.


UN RECUERDO QUE DEJO

¿Con qué he de irme?

¿Nada dejaré en pos de mí sobre la tierra?

¿Cómo ha de actuar mi corazón?

¿Acaso en vano venimos a vivir,

a brotar sobre la tierra?

Dejemos al menos flores

Dejemos al menos cantos.

“La cita” de Carlos Flaminio Rivera

Por Mauricio Contreras Hernández

Circula por ahí la expresión “literatura sicaresca”, la cual designa una producción editorial (no sólo literaria sino también televisiva y cinematográfica), relativamente reciente y de corte parroquial, dedicada a exaltar, difundir, retratar el mundo y los personajes asociados a la nefasta cultura del narcotráfico.

Predomina en estos libros y películas el uso que, por obra y gracia de la pobreza de los escritores y/o directores, se convierte en abuso de algunos modos expresivos, propios de estos grupos marginales. El uso indiscriminado de este ingrediente exótico ayuda a vender con éxito estas producciones en distintas latitudes, empezando por la nuestra.

Es así como libros, telenovelas, películas atosigan con esta jerga (“parlache” es la más reciente palabra para designarla) que excede a personajes, tramas, dramaturgias o a cualquier intento estético y hasta documental. Tal es la fuerza expresiva de estos giros lingüísticos que se convierten en los protagonistas efímeros de cualquier historia, más allá de una elaboración crítica de las condiciones que los hacen posibles, tales como su historicidad, su marginalidad, su apropiación y su uso contestatario ante el lenguaje unívoco del capitalismo.

Más allá del personaje, de sus avatares está la palabra o la frase contundente que descalifica, condena, exalta o tiñe de ambigüedad aquello que nombra. Hartos estamos de ellas para repetirlas aquí, aún a modo de ejemplo. No sobra decir que esta crítica no pretende desconocer, ni mucho menos descalificar esta expresividad en su génesis ni en sus usos cotidianos.

Todo esto es un pretexto para hablar de la más reciente novela del escritor Carlos Flaminio Rivera, titulada La cita, la cual fue publicada por Pijao editores, en un esfuerzo editorial encomiable.

En esta novela, la trama es sencillamente eso: una cita. Una cita que no llega a concretarse, entre un hombre del bajo mundo y alguien del otro mundo, quizás político, comerciante, cliente o todas las anteriores. ¿Para qué es la cita? quizás la realidad política de nuestro país nos ayude a responder este interrogante apenas insinuado en la novela.

En ese tiempo vertiginoso, todo ocurre en un centro comercial, espacio de los tránsitos cotidianos y anónimos; el autor logra rastrear los orígenes y la historia de un personaje despiadado y siniestro en su máscara frente al mundo pero frágil, solitario y sin alegrías cuando desnuda sus recuerdos.

Y es aquí donde encuentro las virtudes de esta novela. A través de la evocación, su autor construye una polifonía de voces, más aún de lenguajes que muestran su exhuberancia, su complejidad componiendo un fresco en el que se articulan las claves de la existencia de este personaje.

Además, esta pieza coral revela cómo es posible, con maestría más que con fórmulas comerciales, explorar de manera irónica las condiciones de una sociedad que expulsa hacia sus márgenes, negándoles los mínimos derechos, a tantos niños y jóvenes que llegan a convertirse en personajes tanto o más siniestros que el de esta novela.

En esta novela, los personajes son los lenguajes que, con destreza y altas dosis de poesía, permiten recrear distintas atmósferas, otras realidades, desde la intimidad de un diálogo a voces. En medio de tanta algarabía picaresca, esta novela merece leerse.

El prurito de editor me obliga a señalar lo descuidado de la edición. Abundan las erratas, sobre todo en la ortografía, y el papel de la carátula, una vez abierto el libro, nunca más vuelve a cerrarse. Para tener en cuenta en un proyecto editorial tan necesario.